Se que estaría mejor con el pelo más largo, unos centímetros de vello craneal es lo que me separan de mayor belleza popular... pero entonces no tendría el enorme placer de raparme la cabeza, de pasarme depués la mano y sentir ese cosquilleo que produce, como si cada uno de los milimétricos pelillos me estuvieran cantando una nana para dormirme. Tanto placer perdido.

    Además ese típico día de naufragio, que tenemos de vez en cuando en nuestra vida, lo afronto rapándome el pelo... con ese residuo capilar se me despeja la cabeza y lo veo todo mucho más claro, los malditos impedían que viera nítidamente lo simple que es la vida...

Por ello, los días furia, os recomiendo vivamente que os rapéis la cabeza, tal vez estaréis más feos, pero os sentiréis como un gato.... todo el mundo querrá acariciaros... todo estará más iluminado ...
...(y lo que os ahorraréis en champú)

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