Siempre he querido la oportunidad de escribir esta pequeña anécdota que me ocurrió con Arturo y a la cual le tengo mucho cariño, anécdota que me marcó como artista:

   Una de las primeras personas que conocí, al llegar a Madrid, fue a Arturo con el cual hice buenas migas por ser ambos canarios, y por ello, me invitó a venir a una reunión que hacía los jueves en su casa. Eran unas reuniones estupendas en las cuales se respiraba mucha magia y en las que Arturo me echaba unas broncas de cuidado por no acordarme del autor de un pase o de un juego  (me temo que se me siguen olvidando!!!).
     Uno de tantos jueves me fui a su casa, pero ese día se me olvidó que no había reunión porque Arturo tenía una actuación en Houdini, aun así, me invitó a que lo acompañara en el taxi. Parecía un niño contento e inquieto por actuar. 
      Ya de camino me miró misteriosamente, como solía hacer, abrió una pequeña caja de hojalata, sacó una tarjeta en blanco y me dijo: "Cada vez que actúo dejo apoyada, mirando hacia mí y en la mesa, esta tarjeta para recordarme que siempre, siempre el primero que tiene que disfrutar... soy yo". Le dio la vuelta a la tarjeta como si estuviera a punto de llegar al climax de un efecto y me mostró lo que ponía:"GOZA" en letras mayúsculas. Arturo en todo momento de su actuación leía la tarjeta para recordar que tenía que disfrutar, que tenía que gozar!!!. Pocos meses después fallecía tranquilamente.
      En mi carrera artística he aprendido mucho y mucho (muchísimo!!!!) me queda por aprender, pero el mejor consejo que han dado y la lección más importante que he aprendido nunca me la dio él. Por eso, cuando me veas en el escenario disfrutando y sonriendo es porque, en lo más profundo de mi corazón, tengo una tarjeta que lleva escrito en letras mayúsculas: "GOZA". 
(gracias Arturo).