Me paso una semana prácticamente encerrado en casa entre cartas que caen al suelo y se recogen... Cartas que caen hacia mi reptil incomprendido, hacia acantilados perdidos, hacia sueños alcanzables, hacia dudas del futuro que nos espera... Que importará cuantas veces hayan caído al suelo cuando todo se congele?, a donde irán nuestros sueños frustrados?.

       Aveces la vida tiene sentido en los momentos más insospechados, cuando no lo esperamos es cuando de verdad es importante que existamos, a veces simplemente es importante para alguien y es suficiente.

       Pero no importa lo que piense... seguiré lanzando cartas al suelo para vivir 5 minutos y 35 segundos únicos e irrepetibles encima de un escenario... ¿no es por eso que lo hacemos?...